miércoles, 29 de diciembre de 2010

La Palabra ha acampado entre nosotros. Juan 1, 1-18. Domingo II de Navidad

Juan comienza su evangelio con un himno a Jesucristo, complejo de entender. Es la misma lectura que se hizo el día de Navidad.
El himno habla del "logos" que se ha traducido por "verbo", o "proyecto", o -como en este caso- "palabra". El logos es Jesucristo.
El himno comienza con las mismas palabras que el Génesis, lo que indica que Juan se refiere a la creación. En el Génesis Dios creó la vida con su "palabra": Por medio de la Palabra se hizo todo (v. 3). Para Juan, esa "palabra" es su Hijo; por eso dice que la "palabra" contiene vida: En la Palabra había vida (4)
Hasta que la "Palabra" se hizo de nuestra "carne", el mundo vivía en las tinieblas, y no era capaz por tanto de poseer la vida: la tiniebla no la recibió. Ahora esa "Palabra" se nos ha manifestado y al iluminarnos nos da acceso a la vida, si creemos en ella: a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre (12)
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