En el texto precedente, Jesús habla del rechazo sufrido por él y por Juan Bautista.
Los que le rechazan se creen "sabios y entendidos", pero ante esa actitud Dios les "oculta" la identidad y misión de Jesús ("estas cosas"), a quien no pueden reconocer.
En cambio los "pequeños" (la liturgia traduce "gente sencilla"), témino que se usa tanto para referirse a los críos como a los humildes o sencillos, dada su actitud, tienen la complacencia del Padre ("te ha parecido bien"), por lo cual les revela a Jesús y su obra ("estas cosas"). Los "pequeños" son los que han aceptado a Jesús como enviado de Dios, y probablemente se refiere Mateo a sus lectores originarios.
La "carga" que crea "fatigados y agobiados" a veces se ha interpretado como las normas emanadas de la Ley, otras veces con la situación en la que vivían el pueblo, cargado de impuestos romanos. Jesús se presenta como la alternativa, pues aunque se reconoce como "carga" y "yugo", éstos no son opresores, sino "suave" y "ligero".