Jesús está respondiendo a Nicodemo, que no ve cómo puede uno nacer de nuevo siendo viejo.
En este trozo de su contestación, Jesús se presenta como el Mesías/Ungido/Enviado del Padre.
Su misión es salvar la humanidad, que aquí es llamada "mundo", pero no con el significado negativo que tiene en otros lugares de este evangelio. Para ser salvado es imprescindible creer en Él, "creer" no es sólo ni principalmente admitir unas verdades reveladas, sino que en este evangelio significa estar de parte de Jesús.
El Enviado no condena a nadie, sino que el que decide no ponerse de parte de Jesús se condena a sí mismo, al no aceptar el regalo del Padre.
Jesús se presenta como un don del Padre a la humanidad, regalo debido al amor que tiene al "mundo". Esta entrega de su propio Hijo recuerda a la que hizo Abrahan de su hijo único.