La liturgia une dos párrafos distintos: el final del episodio de los pastores de Belén el mismo día de Navidad y otro acontecimiento que sucede ocho días después.
Los pastores que habían recibido el anuncio del ángel se presentan en Belén y se encuentran con la Sagrada Familia. Cuentan a todos los presentes lo que había dicho el ángel del niño. Ante el relato de los pastores se producen dos reacciones: por un lado, la admiración de todos; por otro lado, la meditación de María en su corazón.
Los pastores se vuelven "alabando a Dios", uniéndose así al coro de los ángeles del v. 13.
A los ochos días de su nacimiento -que coinciden con este día uno de enero- se realizan dos ritos distintos:
- la circuncisión, que ciertamente se realizaba al octavo día, y por el cual se significa la alianza del Señor con Israel
- la imposición del nombre, que podía hacerse en este día o el día del nacimiento. José le habría puesto el nombre de Jesús, como el ángel dijo a María (1,31), que significa "Dios salva".