La liturgia se salta el exorcismo que Jesús hace en Tiro, relacionado con el tema de la impureza del domingo pasado.
Marcos resalta que Jesús sigue en tierra pagana (fuera de Israel) deteniéndose a nombrar los lugares, y ahí realiza una curación (aunque el texto nunca usa este término). Insinúa así la apertura del Evangelio a los paganos.
Los gestos que hace Jesús con el sordo-tartamudo era habituales en los relatos de curaciones: tocar (oído, lengua), saliva... Pero lo que "abre los oídos, y suelta la lengua" del hombre es la palabra de Jesús, que pronuncia mientras ora ("mirando al cielo y suspirando"), y la dice en su lengua materna, el arameo: "Effetá".
Jesús lo hizo "apartándolo de la gente, a solas" y además "les mandó que no lo dijeran a nadie" (si bien la gente no le obedece). Esa orden de silencio es conocida con la expresión "secreto mesiánico" y se explica en este enlace: "¿Por qué Jesús oculta su identidad?"