La gente parece tener buena opinión de Jesús, pues lo comparan con algunos de los profetas.
Pedro -a quien va dirigida la pregunta- se
muestra como aparece como portavoz del grupo. Su respuesta es aparentemente lúcida; sin embargo,
hay diferentes modos de concebir cómo era el Mesías (es decir, el
Enviado de Dios, el Cristo) ¿Se ajusta a Jesús la idea que tiene Pedro
sobre el Mesías?
Marcos
suele advertir que Jesús manda callar cuando alguien le reconoce como
Mesías o como Hijo de Dios. Tal vez para evitar que le identificaran con
otras concepciones acerca del Mesías, Jesús
explica "con toda claridad" su camino mesiánico. Identifica su ser de
Mesías con la figura del Siervo de Yavé que dibuja el profeta Isaías (50, 4-9; 52,13-53,12)
Pedro increpa a Jesús porque el
camino de Siervo que ha anunciado no coincide con las expectativas que tiene él de
cómo debe actuar un Mesías . Los discípulos, con Pedro al
frente, seguramente participan del
mentalidad común en la época que esperan un Mesías político, aunque eso no lo especifica el texto.
Jesús no se deja manipular por Pedro. Le llama "Adversario" (Satanás).
En
el relato se contraponen dos mentalidades, la de Dios y la de su
Adversario (Satanás), sobre el perfil del Enviado (Mesías). Jesús
participa de la primera y Pedro de la segunda. El camino de Dios no es
el que creían los discípulos.
Entonces, Jesús pide a sus discípulos "negarse a sí, cargar con su cruz", es decir, renunciar la
mentalidad contraria a Dios (negarse) y asumir las consecuencias (cargar
con su cruz), e "ir con él y seguirlo" en la aceptación del camino de
Dios.
Seguir el camino de Dios en Jesús es "perder su vida por el
Evangelio", como ha anunciado, lo cual se traducirá en salvarla; y así
sucederá a sus discípulos. En cambio, quien siga los pensamientos
mesiánicos de Pedro y su grupo, con la idea de un Mesías que "salva su
vida", en realidad "la perderá".