domingo, 31 de agosto de 2025

Exaltación de la Santa Cruz - Juan 3 · 13-17

Jesús está respondiendo a Nicodemo, que no ve cómo puede uno nacer de nuevo siendo viejo.
En este trozo de su contestación, Jesús se presenta como el Mesías/Ungido/Enviado del Padre: "el que bajó del cielo"
Su misión es salvar la humanidad, que aquí es llamada "mundo", sin el significado negativo que tiene en otros lugares de este evangelio. Esa misión implica la Cruz, cuya exaltación celebramos hoy.
Jesús habla de un modo que identifica su crucifixión con su éxito, llamando a ambas cosas "ser levantado": el alzar de la cruz y el alzar del éxito de su misión.
Lo asemeja a cuando Moisés levantó una serpiente de cobre en el desierto de modo que todo el que recibía una mordedura mortal de serpiente, al mirar la de cobre quedaban curado (acontecimiento que se proclama en la primera lectura de esta fiesta). 
Lo mismo pasa con la cruz: salva al que se adhiere a ella. Para ser salvado es imprescindible creer en Él, que en este evangelio significa estar de parte de Jesús. 
El Enviado no condena a nadie. Jesús se presenta como un don del Padre a la humanidad, regalo debido al amor que tiene al "mundo".