miércoles, 28 de abril de 2010

C Domingo Pascua 5º - Juan 13, 31-33a.34-35 El mandamiento nuevo

Jesús aborda dos temas, favoritos del evangelista: la gloria y el amor.
Acace durante la última cena, tras lavar los pies a sus discípulos, e inmediatamente después de que le diera un trozo de pan mojado al que lo traiciona. El texto litúrgico trae un añadido para poner el contexto: "Cuando salió Judas del Cenáculo..."
Jesús dice que la entrega de su vida -que va a ser "pronto"- manifiesta su gloria (se refiere a sí mismo como "Hijo del hombre") y la gloria de Dios.
Como le "queda poco tiempo de estar entre vosotros", da a conocer su última voluntad, a la que llama "mandamiento nuevo", presentándose así como un nuevo Moisés (que había dado los diez mandamiento). Tal será "la señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos" -por tanto es algo que pide sólo a su comunidad de seguidores- y consiste en el amor mutuo ("unos a otros", por dos veces insiste en que ha de ser recíproco entre sus discípulos) concretado en el servicio mutuo ("como yo os he amado", siendo así que nos "amó hasta el extremo" -13,1- expresado con el gesto de "lavar los pies de los discípulos" -13,5-). Ya había hablado antes sobre este servicio recíproco ("también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros" -13,14) y cómo es Él el punto de referencia ("os he dado ejemplo para que también vosotros hagáis como yo he hecho con vosotros" -13,15).  Por tanto, se modifica el antiguo punto de referencia: "Ama a los demás como a ti mismo". Este "amor extremo" de Jesús se manifesta en la entrega de su vida, también sus discípulos han de desvivirse unos por otros.
El texto litúrgico omite 13,33b que introduce un tema del que hablará más tarde: "a donde yo voy vosotros no podéis venir"