Este evangelio ya fue proclamado el 2º domingo de Pascua. Y es el mismo en todos los ciclos, en ambos domingos.
La comunidad de discípulos de Jerusalén se encuentra reunida el mismo día que en que resucitó Jesús.
Han cerrado las puertas el entorno hostil, que les provoca miedo.
Jesús se presenta en medio de y les comunica su paz, por dos veces.
Quienes reconocen su presencia, se llenan de alegría.
A la vez que les comunica la paz, Jesús hace el envío misionero, para lo cual les comunica el Espíritu Santo (esto acontece "al anochecer" del mismo día de la resurrección de Jesús., no 50 días después) y les hace mediadores (a todos los discípulos, no sólo a los apóstoles) del perdón de Dios: "a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados". En este evangelio de Juan, "pecados" se refiere propiamente a la posición que se toma contra Jesús: "un pecado, porque no creen en mí" (16, 9).