lunes, 1 de julio de 2024

B 14º Marcos 6 ·1-6a Jesús no es aceptado en su pueblo

 Jesús visita su pueblo: Nazaret. El Sábado acude a la sinagoga, donde se pone a enseñar.

Sus vecinos se "maravillan" de su enseñanza, pero a la vez están desconcertados: se preguntan dónde ha aprendido Jesús toda esa sabiduría que muestra, pues hasta hace poco convivía con ella y no la mostró.

Sus paisanos también han oído hablar de los milagros que ha hecho en otras ciudades, y, asimismo, se preguntan de dónde le viene ese poder, que antes no manifestó entre ellos. En sus preguntas, no le nombran, sino le llama "éste", que da las frases cierto tono despectivo.

Corroboran que es el carpintero, el hijo de María (no mencionan a su padre, lo cual puede ser también un modo de insultarlo), y listan los nombres de sus hermanos, afirmando que también tiene hermanas. Como la Iglesia católico-romana afirma que Jesús fue el único hijo que tuvo María, que siempre permaneció virgen, la referencia aquí a unos hermanos y hermanas de Jesús resulta problemática (ver el Catecismo de la Iglesia Católica nº 499-500. A dicha cuestión se le ha dado diferentes soluciones, siendo la más extendida la que explica que en el idioma hebreo se describe un parentesco no específico, y que el término griego que figura en el evangelio (adelfos) se refiere a una relación más amplia (pueden ser primos) que la que supone el término español "hermano-a".

A los de su pueblo, ver a una persona que se ha criado con ellos con esa sabiduría y con ese poder para hacer milagros, que desconocían que tuviera, les escandaliza.

Jesús, por su parte, se extraña de la falta de fe en Él de sus vecinos (es la única vez en este evangelio que Jesús se asombre de la incredulidad de la gente). Y el evangelista parece suponer que por eso no podía hacer en Nazaret ningún milagro.

Es entonces cuando Jesús pronuncia la frase que luego se ha hecho famosa: «No desprecian a un profeta más que en su tierra, entre sus parientes y en su casa».

Se muestra así lo difícil que resulta creer que alguien, que se ha conocido desde pequeño, sea el Mesías esperado, el Hijo de Dios. Es el escándalo de la encarnación, de que el Hijo de Dios se haya encarnado en un hombre llamado Jesús.

Jesús decide marcharse y seguir su anuncio del Reino por otros pueblos de la zona.